Sueños y espacios feministas en Colombia y Sudáfrica

Sueños y espacios feministas en Colombia y Sudáfrica

Contra el patriarcado y por una vida autodeterminada: Un relato  sobre resistencias en Colombia y Sudáfrica

26.01.2023

Colombia

Capital: Bogotá
Idiomas: el idiomas oficial es el español.
Población: 50.9 Mio. 

Sudáfrica

Capital: Bogotá
Idiomas: Hay 11 idiomas oficiales en Sudáfrica: afrikaans, inglés, ndebele del sur, isiXhosa, isiZulu, sesotho del norte, sesotho, setswana, siswati, tshivenda y xitsonga.
Población: 60.1 Mio. 

 

Ya sabías?

Los Acuerdos de Paz

  • 2012 – 2016: Después de casi 70 años de conflicto entre grupos guerrilleros, paramilitares y el Gobierno, y cuatro años de negociaciones, se llega a los acuerdos de paz. Estos incluyen una perspectiva de género integral con el objetivo de un proceso de paz sostenible.[1]
  • 2016: Referéndum sobre el tratado de paz: La estrecha mayoría rechaza esta versión del tratado. Esto resulta (entre otras cosas) en el debilitamiento de los elementos de género.[2]

Paro Nacional

  • Las protestas sociales colombianas 2019-2021 fueron una serie de manifestaciones que comenzaron el 21 de noviembre de 2019.
  • Cientos de miles de colombianxs manifestaron por diversos motivos: Contra la desigualdad extrema de ingresos, la corrupción, la violencia policial, la violencia contra las mujeres y las personas LGBTIQA*, varias reformas económicas y políticas propuestas por el gobierno de la derecha de Iván Duque, y por el cumplimiento de los acuerdos de paz.[3]
  • Impulsada por la pandemia del Covid-19, en abril de 2021 se produjo una nueva oleada de protestas contra la subida de impuestos, la corrupción y la reforma de la salud pretendida por el gobierno del Presidente Iván Duque. El gobierno respondió a las protestas con una extrema represión, de modo que en pocas semanas se cometieron violaciones sistemáticas de los derechos humanos contra la población civil, principalmente por parte de la unidad especial antidisturbios „ESMAD“.

 

 

  • Desde los años 50, el gobierno de la época privilegiaba a la población blanca frente a la no blanca: el Apartheid es el término de esa política de „segregación racial“, que prevaleció hasta 1991. La población negra se vió privada del acceso a las instituciones estatales, la política, la educación, el trabajo y la justicia, de sus derechos civiles y de la libertad de movimiento y vivienda.[4]
  • Durante el régimen del Apartheid, la población negra protagonizó numerosas revueltas y levantamientos, que comenzaron con medios pacíficos de desobediencia civil, pero que posteriormente también incluyeron un brazo armado.[5]
  • El fin del régimen en 1994 y las primeras elecciones libres para toda la población fueron acompañadas de esperanza por un cambio político, social y económico fundamental. Tras el fin del Apartheid, se creó una Comisión para la Verdad y la Reconciliación.[6]
  • La nueva constitución sudafricana del 1996 es considerada como una de las más liberales a nivel global.[7]
  • Sin embargo, los efectos del Apartheid siguen estructuralmente arraigados: los bienes, los servicios sociales y la historia más reciente de Sudáfrica siguen siendo profundamente marcados por el racismo. Las manifestaciones y protestas continúan, entre otras cosas por el alto grado de violencia sexual, el deficiente acceso a la atención médica y la persistencia de las desigualdades sociales.[8]

Translation

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„Somos les nietes de les brujes que no pudieron quemar!” © María Fernanda Morales Gonzalez

Los feminismos a menudo son la búsqueda de una respuesta a los problemas de un mundo injusto. Estas respuestas son diversas y coloridas, pero también contradictorias y delicadas. Y al mismo tiempo, en el intercambio con otras feministas, una se siente muchas veces curiosamente familiar y comprendida. Familiar porque todxs experimentamos la violencia patriarcal y heteronormativa y nos oponemos a ella. Colorido, porque la resistencia no podría ser más diversa y, sin embargo, tiene un objetivo común: La transformación de las respectivas sociedades en las que vivimos. Pero ¿qué resistencias encontramos y cómo son realmente las protestas feministas en Colombia y Sudáfrica?

Esta pregunta la encontramos en nuestro proyecto de investigación „Conflicting Genders“ (Géneros en conflicto, 2020-2021) en grupos focales con activistas.  Hablamos con activistas sudafricanos del archivo queer GALA y de la organización Embrace, de lucha contra la violencia de género. Desde Colombia, nos acompañaron el colectivo feminista popular Tamboras Insurrectas, el colectivo feminista estudiantil Red Amaranta y activistas feministas y queer individuales. El siguiente artículo recoge sus opiniones junto con nuestras perspectivas desde Alemania. A partir de estos relatos particulares y concretos, nos gustaría plantear aquí, en lugar de una pregunta de investigación, tres hipótesis extraídas del material exhaustivo: 

1) Aunque la interseccionalidad y la inclusividad se incluyen en las luchas feministas, la movilización sigue estando condicionada por la continuidad global de la discriminación, la violencia basada en de género y sexual (en adelante VBG) y los femi(ni) cidios.

 2) El activismo feminista se desarrolla en las tensiones de los espacios en disputa. Por un lado, actores feministas e interseccionales experimentan una exclusión de sus temas como enfoques secundarios o incompatibles con las cuestiones de la sociedad en su totalidad. Por otro lado, luchan por la visibilidad y la presencia mediante la ocupación de espacios.

3) A pesar de una legislación progresista, las prácticas discriminatorias y misóginas siguen siendo omnipresentes. Lxs actores feministas e interseccionales pretenden, en última instancia, cambiar fundamentalmente la sociedad y sus imaginarios colectivos. Para conseguir ello, utilizan diversas formas de activismo.

1. Caldo de cultivo de la VBG: sociedades patriarcales y conservadoras

En medio del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AFD) y el debate sobre el derecho a abortar en relación con el artículo 218a, aún no abolido, pudimos comprenderlo casi por instinto: la sensación de estar dándole duro al patriarcado en la protesta feminista. No pretendemos ahora igualar el alcance de la violencia de género y sexualizada en Alemania, Colombia y Sudáfrica. Es imprescindible incluir en el análisis los diferentes contextos y dimensiones de la violencia en cada país. Sin embargo, en este espacio virtual, sentimos una vez más que la lucha por una sociedad emancipadora y abierta en un sistema conservador y patriarcal es ardua. El hecho de saber esto, nos unió a todxs.

Así que cada cambio de mentalidad viene precedido de innumerables conversaciones y protestas, cada cambio en la legislación se gana a base de esfuerzo y lucha. No obstante, estas protestas y luchas son necesarias porque las mujeres y las personas LGBTIQA* siguen siendo víctimas de abusos sexuales y asesinatos y, por tanto, son víctimas de violencia de género y misoginia.

Nuestrxs interlocutorxs señalan a las sociedades conservadoras sudafricana y colombiana como caldo de cultivo de esta violencia. Lee-Anne describe Sudáfrica como 

una sociedad muy conservadora. No somos en ningún sentido tan liberales como Europa, por ejemplo, aunque nuestra Constitución es muy progresista.  […] Yo diría que la mayoría de lxs sudafricanxs están influidxs por sus referentes tradicionales y religiosos. Y todo eso es muy conservador. Los policías siguen pensando que las prostitutas no pueden ser violadas, que no es posible. 

(traducido, grupo focal 3, Lee-Anne, 00:56:58 ss)

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Aunque sobre el papel hay muchas leyes y programas para la igualdad integral y aunque el movimiento feminista ha celebrado varios éxitos en las últimas décadas, la vida cotidiana sigue estando muy marcada por el patriarcado, tanto para lxs participantes colombianxs como para lxs sudafricanxs. La expresión más drástica del poder de este orden patriarcal es la violencia sexual y de género.

Política de Género

Colombia

La ley de cuotas colombiana del año 2000 establece que al menos el 30% de los altos cargos de la administración pública deben estar ocupados por mujeres, mientras que la ley de reforma electoral de 2011 establece que al menos el 30% de los candidatos en las listas de los partidos en las elecciones deben ser mujeres. En marzo de 2013, el gobierno colombiano adoptó una política nacional de igualdad de género (CONPES 161), cuyo objetivo es garantizar la igualdad y la no discriminación contra las mujeres. En 2010, Colombia se convirtió en el primer país en reconocer oficialmente la contribución económica del trabajo de cuidados no remunerado con la aprobación de una ley (Ley 1413). El Plan Nacional de Desarrollo 2018-22 incluye todo un capítulo sobre los derechos de las mujeres, con base en tres dimensiones: la económica, la política y la integridad física, que incluye la violencia contra las mujeres. [9]

Sudáfrica

En la Constitución se recogió una "política de igualdad" en el año 1997. Además, el Parlamento reformó la ley del matrimonio, promulgó leyes contra la violencia y la discriminación en el lugar de trabajo, y creó estructuras estatales para su seguimiento y observación, entre ellas la Comisión para la Igualdad de Género.[10]

Según la base global de datos de ONU Mujeres sobre la violencia contra las mujeres, el 18,3% de las colombianas, el 86% de las sudafricanas y el 3% de las alemanas han sufrido violencia sexual o física por parte de su pareja en los últimos 12 meses [11][12][13]. Los datos sobre femi(ni)cidios y violencia sexual fuera de las relaciones de pareja y violencia contra LGBTIQA* son, por desgracia, difíciles de comparar, pero no pueden quedar sin mencionar aquí. En general se debe tener en cuenta que las estadísticas sobre la VBG deben tratarse con delicadeza debido a los altos índices de casos no denunciados, las definiciones incoherentes y los distintos índices de denuncia, registro, enjuiciamiento y condena.

Incluso antes de la pandemia, Sudáfrica era considerado uno de los países con más violaciones a nivel mundial. En 2015 y 2016, por ejemplo, la policía registró más de 50.000 delitos sexuales, un promedio de 85 diarios. En la primera semana del aislamiento de Primavera 2020, la policía de Sudáfrica informó de la recepción de 2.300 llamadas de emergencia relacionadas con la VBG. En este caso, la violencia procede principalmente de los miembros del propio hogar. Sólo un 8% de las denuncias acaban en condena.[14]

Las relaciones de género como relaciones de poder: La imposición del poder a través de la VBG

Nuestrxs interlocutorxs también relatan diversos momentos en los que se vivieron situaciones de violencia sexual. Se da por resultado que esta violencia sirve para mantener un sistema patriarcal, conservador y anti emancipador. Así, nuestrxs participantes denuncian reiteradamente agresiones en diversos espacios sociales como la familia y las relaciones de pareja, la universidad, en la calle o por parte de la policía. En este contexto, hacer efectivos los propios derechos resulta difícil o incluso imposible, ya que la policía y el poder judicial no tratan la VBG con la coherencia necesaria y, a la vez, ellxs mismxs se convierten en perpetradorxs de VBG institucional.

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„En Colombia en general el tema de llevar estas denuncias a la parte legal es muy difícil. Porque si, para empezar la persona que fue digamos víctima del caso está dispuesta [a hacerlo], hay un montón de travas, […] empezando por la policía que muchas veces […] ahí hay burlas o ellos no se toman las denuncias en serio.” 

(traducido, grupo focal 2, Valentina, 00:14:29 ss)

Mediante esta protección sistemática de lxs agresorxs y la difamación de lxs afectadxs, el poder social vuelve a ser cementado. El desequilibrio de poder patriarcal de las relaciones de género tiene efectos físicos, psicológicos y económicos a largo plazo que impiden a las mujeres y a las personas LGBTIQA* una participación igualitaria y completa en la sociedad.

VBG: Un problema estructural que debe ser tratado con aceptación colectiva de responsabilidades y protesta feminista

Esto demuestra que la violencia sexual sigue siendo un problema estructural que no se detiene en ningún espacio social. Esto queda claro cuando Valeria informa sobre la violencia sexualizada en las protestas callejeras de izquierda y la exclusión de las cuestiones feministas, pero también cuando Siya denuncia las posturas transfóbicas y capacitistas de los grupos feministas.

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Ahora los movimientos feministas a nivel mundial luchan por la igualdad. Se refieren a la salud sexual y reproductiva. Y exigen acceder a los mismos privilegios de los que disfruta la población masculina. Y yo diría que cuando se trata de comunidades trans y de personas con identidades de género diversas, por ejemplo, personas no binarias, personas que no se identifican necesariamente como hombres o mujeres, a menudo son marginalizadas o excluidas y discriminadas por sus comunidades. Y yo diría que, en un sentido global, el elemento más básico y crítico en la narrativa de la transexualidad y la no conformidad de género es el uso generalizado de la violencia, es decir, la violencia de género/feminicidio.

(traducido, grupo focal 1, Siya, 00:50:02)

Siya destaca que la comunidad trans de Sudáfrica siempre ha luchado junto a los movimientos feministas porque el objetivo común – la igualdad de derechos para todxs – es primordial. Los feminismos de nuestrxs participantes parten desde las críticas sociales: El feminismo debe cambiar la sociedad dominante y ser una contrapropuesta al orden social actual. Por ello, en la lucha contra la VBG, nuestrxs participantes exigen que la sociedad asuma colectivamente su responsabilidad. Esto también significa que todo el sistema en el que se ha producido la violencia debe asumir la responsabilidad por lxs afectadxs, la persona que ha perpetrado la violencia y las estructuras que la han posibilitado.

Los diversos ejemplos de nuestrxs participantes y también nuestra propia experiencia sobre el asunto en Alemania nos demuestran: La violencia sexualizada tiene un efecto interseccional en y sobre diferentes espacios e intenta imponer el orden social (patriarcal) de forma violenta contra las mujeres y la comunidad LGBTIQA*. De este modo, el tema sigue siendo un factor central de movilización para la protesta feminista y reúne a diferentes actores en las calles en una lucha colectiva. Para combatir la VBG, tanto nuestrxs participantes como nosotras deseamos que se produzca un cambio de mentalidad de la sociedad en su totalidad y que ésta se comprometa a modificar las condiciones políticas que fomentan la opresión y la violencia. Y así vemos, a través del alto poder de movilización contra la violencia basada en género, un rayo de esperanza para el cambio feminista.

Colombia

La Corte Constitucional colombiana legalizó el derecho al aborto en febrero de 2022. Según la decisión, los abortos son legales hasta la semana 24 de embarazo. Anteriormente, estos procedimientos sólo se permitían si la vida de la madre corría peligro, el feto presentaba deformaciones que limitaban su vida o el embarazo era fruto de una violación. Sin embargo, el libre acceso a la información y a la atención médica sigue quedando lejos.[15]

Sudáfrica

En Sudáfrica, el aborto está legalizado desde el final del Apartheid. Las personas embarazadas pueden abortar durante los tres primeros meses de embarazo, y después por razones médicas con el consentimiento del personal médico. Sin embargo, el acceso a la información y a intervenciones seguras sigue siendo limitado, a causa de la carencia general de servicios de salud.[16][17]

2. Un campo de tensión de espacios en disputa

El activismo de nuestrxs participantes se mueve en un campo de tensión de espacios en disputa. Por un lado, siempre está la amenaza de la exclusión de las cuestiones y opiniones feministas y de una clasificación como secundarias o en competencia con las luchas sociales generales. Por otro lado, lxs activistas luchan por tener visibilidad y voz ocupando de manera activa espacios (de protesta).

Exclusión de los espacios de protesta

El mecanismo de exclusión adopta múltiples formas. Como se ha descrito anteriormente, la exclusión se manifiesta en la omnipresencia de la violencia sexualizada contra las mujeres y las personas LGBTIQA*. En amplios movimientos de izquierda como las protestas estudiantiles en Sudáfrica del 2015/16 y los Paros Nacionales de 2019 a 2021 en Colombia, se repite la experiencia histórica de la negación de las estructuras patriarcales como categoría crucial de la injusticia social. Incluso hoy en día, la perspectiva feminista siempre está subordinada a las reivindicaciones socialistas, nos explica Valeria, de la colectiva feminista estudiantil Red Amaranta en Colombia. A esta exclusión de opiniones se añade la acusación de dividir el movimiento: “Y las mujeres, cuando queremos hablar […], nos convertimos en divisoras. Siempre nos están diciendo que estamos dividiendo los espacios” (grupo focal 1, Luisa, 01:48:13).

La exclusión, explican nuestras participantes de Colombia, también se ejerce en espacios de izquierda y supuestamente feministas mediante el uso de la violencia sexualizada. Esta fue la experiencia de las mujeres en los Paros Nacionales de Colombia durante la primavera de 2021: “el cuerpo de las mujeres […] sigue siendo disociado, sigue siendo violentado, pero es más importante digamos esta lucha.“ (grupo focal 1, Luisa, 01:47:22). Aunque nuestrxs participantes informan de diferentes niveles de violencia en los espacios (de izquierda), la falta de espacios seguros para mujeres y queers* lleva a la necesidad de crear sus propios espacios seguros (de protesta) desde el interior de los movimientos feministas.

Ocupar el espacio público

Las mujeres y las personas trans* de ambos países contrarrestan activamente esta represión con la ocupación de espacios públicos. Las performances de la comunidad trans* no sólo persiguen el empoderamiento de lxs intérpretes. Al romper con los roles (de género) mediante el uso del cuerpo, las intervenciones en el contexto de las huelgas nacionales en Colombia durante los dos últimos años han tenido un impacto destacado en la opinión pública. Un ejemplo impresionante fue la performance de Vogue, que se convirtió en un vídeo viral en Colombia y a nivel mundial.

En otra forma de ocupar el espacio público, en agosto de 2020, unas 20.000 activistas feministas llevaron una petición contra la violencia de género y los femi(ni)cidios al Parlamento sudafricano en Pretoria para presionar al gobierno. Una tercera forma de toma de espacios feministas tiene lugar en las redes sociales. Aquí se dan a conocer las experiencias de violencia de género, creando un espacio para la sensibilización y la educación. Además, como explica Lee-Anne, de Embrace, a quienes se encuentran en situaciones de aislamiento de pareja o pandemia les resulta más fácil acceder en línea a una comunidad digital y a personas que les apoyan.

Espacios discursivos y la protesta callejera como espacio seguro

Valentina, por su parte, experimenta el espacio seguro de una comunidad solidaria en espacios separatistas-feministas[18] de Bogotá. En lugar de aceptar el espacio público como un lugar misógino y peligroso para mujeres y queers, se crea un espacio discursivo para el acto de una protesta callejera, en el que los grupos marginados „formulan interpretaciones opuestas de sus identidades, intereses y necesidades (…)“[19]. La necesidad de estos espacios discursivos[20] surge, entre otras cosas, del fracaso de las instituciones estatales, por lo que las mujeres y las personas trans* (tienen que) crear sus propias redes y espacios seguros de forma independiente y solidaria. Con la toma colectiva de espacios, lxs manifestantes de la protesta callejera en Bogotá crean una oportunidad para experimentar un espacio de empoderamiento no violento. En estos espacios, es donde Valentina y sus compañerxs de protesta ponen en práctica una utopía feminista de libertad y seguridad. Así abren las condiciones para la futura formulación de intereses y vivencia desde sus propias identidades anti patriarcales. 

© Mariana Reina, instagram: mar.iana_rv

En última instancia, nuestras conversaciones demuestran que las mujeres y las personas trans* participan activamente en movimientos y movilizaciones sociales amplios. Sin embargo, a menudo experimentan exclusión y se vuelven invisibles en cuanto el movimiento entra en los espacios políticos de negociación. Esta experiencia enfrenta a los grupos feministas a menudo con la cuestión de si existe una contradicción entre el apoyo a movimientos sociales amplios y la imposición de las reivindicaciones feministas. Demasiadas veces, lxs activistxs feministas se ven arrinconadxs a los llamados „asuntos de mujeres“. Y, sin embargo, nuestrxs participantes ven en ello, a la vez, la oportunidad de ocupar todos los rincones de la protesta social: “El ejercicio más bien ha sido, de que las mujeres feministas participen en los escenarios de movilización social, llevando las agendas [feministas]” (grupo focal 2, Valeria, 01:17:18 ss). El espectro del activismo de nuestrxs participantes revela que los movimientos feministas, por un lado, emprenden una reflexión estratégica sobre sus propias agendas, específicamente feministas, para alcanzar sus objetivos de forma coordinada. Por otra parte, la experiencia de exclusión de las protestas sociales amplias se traduce para Valeria y Valentina en el objetivo de acceder a los movimientos más amplios “[…] nuestra reivindicación es caber dentro de la movilización social en general.” (grupo focal 2, Valeria, 01:19:58 ss).

3. El cambio como meta: La protesta creativa y la utopía

En esta ocupación de espacios de protesta más amplios y en sus propias acciones, nuestrxs participantes utilizan diversas formas de activismo. Especialmente en el contexto de realidades discriminatorias y patriarcales, su protesta está motivada por un deseo de cambio. Siya habla del „papel crucial de la protesta en las narrativas del cambio“ (traducido, grupo focal 4) y de la necesidad de hacer las nuevas narrativas y utopías accesibles, y a la vez compartirlas: Activistas feministas interseccionales persiguen el objetivo de un cambio fundamental en la sociedad para poner fin a las persistentes realidades discriminatorias y misóginas que caracterizan la vida.

Legislación progresiva, realidad patriarcal

A pesar de una legislación progresiva predomina una realidad misógina y discriminatoria omnipresente en la realidad. Nuestrxs participantes describen su vida cotidiana marcada por mecanismos de exclusión, preocupaciones de seguridad y las luchas contra la discriminación y las sociedades conservadoras:

Y esto llamó la atención, ante todo, al hecho de que los derechos constitucionales por los que Sudáfrica ha luchado tanto no se aplican por igual a hombres y mujeres. (…) El problema es la aplicación. El gobierno y la sociedad sudafricana aún no han llegado tan lejos como nuestra Constitución progresista.
(traducido, grupo focal 3, Lee-Anne, 00:04:00)
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Derechos de las minorías sexuales

Colombia

  • Desde 2013, las autoridades estatales permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. Desde entonces, las parejas de mismo sexo también pueden adoptar juntos a niñxs no-biológicxs.[21]
  • En 2022, se añadió la categoría "no binario" a los documentos de identidad.

Sudáfrica

  • Sudáfrica fue el quinto país del mundo en introducir el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2006. [22]
  • La Constitución sudafricana fue la primera del mundo en prohibir la discriminación por motivos de orientación sexual. En 1998, el Parlamento aprobó una ley que prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual en el lugar de trabajo

 

 

La meta: un cambio fundamental

Nuestrxs participantes subrayaron varias veces la necesidad de un cambio fundamental y situaron este objetivo en el centro de su activismo. En lugar de (sólo) sugerir un cambio a nivel legislativo, se trata de hacer visibles las injusticias de género y provocar así un cambio social a todos los niveles, así como de romper lo existente: „El núcleo de nuestro trabajo es provocar el cambio, a veces para inspirar, a veces para forzar“ (traducido, grupo focal 1, Siya, 00:38:48).

Esa es otra razón por la que siempre se ocupan activamente los espacios, como se ha comentado en la sección 2: Para llamar la atención mediante la intervención en la calle o la presencia de activistas feministas en movimientos más amplios, así como para generar sensibilización y replanteamiento a largo plazo. Diana destaca que mediante esta interrupción del espacio público, en combinación con procesos artísticos y educativos, se pueden crear nuevos mundos de imaginación:

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E irrumpe el espacio público [de una forma no violenta] y genera un impacto en esas personas que nos están viendo, con temas que en una sociedad claramente tan conservadora como la colombiana. […] Siento que es a través del arte y de esos procesos de pedagogía que se pueden transformar los imaginarios de las personas.

(traducido, grupo focal 1, Diana, 01:30:27)

Grupos diversos, perspectivas diversas

En consecuencia, nuestrxs participantes adoptan diversas formas de activismo, mucho más allá de la protesta en forma de manifestación. Al hacerlo, intentan relacionarse activamente con quienes piensan de forma diferente. En estas formas de protesta feminista, nuestrxs participantes ya están convirtiendo sus ideas y utopías en realidad. Para contar con un apoyo amplio, lxs activistas de ambos países intentan involucrar a grupos diversos, caracterizándose por comprender las diferentes perspectivas sobre el mundo y por considerar que „es importante recordar la voz de otras personas que vienen de otro lugar“ (traducido, grupo de discusión 2, Diana, 01:05:20). En Sudáfrica, Lee-Anne incorpora a los hombres en su trabajo de construcción de masculinidades alternativas:

El propósito de la campaña es también incluir por fin a los hombres en la conversación sobre la violencia de género y el feminicidio. Esto se debe a la conciencia de que, aunque las mujeres son las principales víctimas, son los hombres los principales autores de la violencia de género.

(traducido, grupo focal 3, Lee-Anne, 00:35:20)

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La creatividad como catalizador con la música como forma de protesta

Fuente: GALA_archive en Instagram

Además de las protestas „clásicas“, como peticiones y propuestas legislativas, nuestrxs participantes utilizan la creatividad, el arte y los símbolos como catalizadores del cambio y portadores de sus mensajes. Esto incluye música, colores específicos en las protestas, trabajo en las redes sociales, relatos cortos y poemas. GALA, en Sudáfrica, por ejemplo, recoge y conserva las historias de personas queer en un archivo, dando visibilidad y espacio a sus voces y relatos. El activismo interseccional de nuestrxs participantes „combina el arte y la defensa de forma única“ (traducido, grupo focal 3, Lee-Anne, 00:45:20) con reivindicaciones y utopías políticas y feministas. Así, las Tamboras Insurrectas de Colombia utilizan la música con su grupo de tambores y así ponen en contacto a distintas personas: 

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Entonces, por lo menos lo que yo percibo, es que cuando se hace a través de la música como los tambores, como que la reacción de las personas es diferente. Porque […] la música es transversal, o sea puede ser que una persona no se da cuenta de lo que está cantando y ya luego se da cuenta.

(traducido, gruo focal 1, Diana, 01:30:27)

A través de los espacios seguros creados por ellxs mismxs, así como de los colectivos horizontales, autónomos y autogestionados en los que militan algunxs de nuestrxs participantes, crean alternativas a las estructuras sociales dominantes. De este modo, muestran alternativas de cambio y transformación y posibilidades de realización de las ideas y utopías feministas.

Por último, nuestrxs participantes persiguen el objetivo de cambiar sus sociedades y los mundos imaginarios de estas de manera profunda. Para lograrlo, utilizan diversas formas de activismo en las que de forma creativa e integradora intentan llegar a diversos grupos de personas y enseñarles relatos nuevos y diferentes.

Conclusión

No pudimos encontrar una respuesta única a nuestra pregunta de cómo pueden ser la protesta y la resistencia feministas, pero por lo menos pudimos señalar muchas facetas de una respuesta. Que la respuesta a nuestra pregunta resulte tan compleja puede ser consecuencia de los múltiples espacios en los que activistas feministas luchan por un mundo más justo. Se puede mencionar la lucha por la autodeterminación sobre el propio cuerpo y contra las agresiones sexualizadas, pero también el compromiso permanente contra la retorsión conservadora. Aquí, nuestrxs participantes no cesan de poner signos, creatividad y movilización en contra de la estructura patriarcal y a favor de sus utopías feministas. Esta diversidad de prácticas de resistencia y el espacio interseccional en el que ellxs se mueven también nos muestran que una respuesta debe ser diversa. Ahora bien, esto también nos indica por qué es posible responder a la pregunta: la protesta feminista vive del intercambio con otrxs feministas. A todxs nos une el deseo de un mundo más justo, de una sociedad postpatriarcal.

Autoras
Elisabeth Winterer, Carlotta Rudolph, Hannah Tegtmeier

Fuentes

  1. Von Gall, A. (2017, 3. August). Kolumbien als feministische Vorreiterin – leider nicht in der Praxis. Gunda Werner Institut. https://www.gwi-boell.de/de/2017/08/03/kolumbien-als-feministische-vorreiterin-leider-nicht-der-praxis
  2. Oettler, A. (2021). Gender und der überfrachtete kolumbianische Frieden. Zeitschrift für Friedens-und Konfliktforschung, 10(1), 103-126.
  3. Henkel, K. (2021, 7. Juli). Kolumbien: „Diese Regierung ist absolut nicht verhandlungsbereit“. Heinrich Böll Stiftung. https://www.boell.de/de/2021/07/07/kolumbien-diese-regierung-ist-absolut-nicht-verhandlungsbereit
  4. Schubert, Klaus/Martina Klein (2020). Das Politiklexikon. 7., aktual. u. erw. Aufl. Bonn: Dietz 2020. Lizenzausgabe Bonn: Bundeszentrale für politische Bildung. https://www.bpb.de/kurz-knapp/lexika/politiklexikon/17083/apartheid/
  5. Von Soest, Christian (2020). Südafrika. In: Kriege und Konflikte. Bundeszentrale für politische Bildung. https://www.bpb.de/themen/kriege-konflikte/dossier-kriege-konflikte/54809/suedafrika/
  6. Von Soest, Christian (2020). Südafrika.
  7. Martin Pabst (2008). Südafrika. 2. Beck, München.
  8. Heinrich Boell Stiftung (2020). Südafrika 25 Jahre nach dem Ende der Apartheid. https://www.boell.de/de/suedafrika-25-jahre-nach-dem-ende-der-apartheid
  9. OECD (2020), Gender Equality in Colombia: Access to Justice and Politics at the Local Level, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/b956ef57-en
  10. Johnston, Helen (2014). Südafrika: Die Wahlen 2014 aus feministischer Perspektive. Heinrich Boell Stiftung. https://www.boell.de/de/2014/05/08/wahlen-2014-suedafrika-stimmen-fuer-den-wandel
  11. UN Women (2016a). Global Database on Violence against Women – Colombia. UN Women. https://evaw-global-database.unwomen.org/en/countries/americas/colombia?#1 
  12. UN Women (2016b). Global Database on Violence against Women – South Africa. UN Women. https://evaw-global-database.unwomen.org/pt/countries/africa/south-africa?formofviolence=fac5fe48636e4d3882bbd2ebbf29bd60#1
  13. UN Women (2016c). Global Database on Violence against Women – Germany. UN Women. https://evaw-global-database.unwomen.org/en/countries/europe/germany#3
  14. Amnesty International (2021). Corona-Krise im südlichen Afrika: Der gefährlichste Ort für Frauen und Mädchen ist das eigene Zuhause. https://www.amnesty.de/informieren/aktuell/suedliches-afrika-corona-pandemie-gewalt-gegen-frauen-maedchen
  15. Tagessschau (2022, 22. Februar). Abtreibungen in Kolumbien legalisiert. Tagesschau. https://www.tagesschau.de/ausland/amerika/abtreibung-kolumbien-101.html
  16. Cascais, Antonio (2022). Abtreibungen: Afrika wird liberaler – nur auf dem Papier?. DW: https://www.dw.com/de/abtreibungen-afrika-wird-liberaler-nur-auf-dem-papier/a-62476967
  17. Köver, Chris (2009). Legal, illegal, ganz egal. Miss Magazine. Archiv.  https://missy-magazine.de/archiv/missy-0109/legal-illegal-ganz-egal/
  18. Un espacio exclusivamente para mujeres y personas trans*.
  19. Fraser, N. (1996). Widerspenstige Praktiken: Macht, Diskurs, Geschlecht. Suhrkamp, s. 163. Translated into english.
  20. Íbidem. 
  21. Human Rights Watch (2016, 28. April). Colombia: Corte Constitucional avala matrimonio entre personas del mismo sexo. Human Rights Watch. https://www.hrw.org/es/news/2016/04/28/colombia-corte-constitucional-avala-matrimonio-entre-personas-del-mismo-sexo
  22. Heinrich Boell Stiftung (2019). „Wir brauchen eine zivilgesellschaftliche und feministische Bewegung im Land“. Interview mit Funeka Soldaat. Dossier Südafrika: 25 Jahre nach dem Ende der Apartheid. https://www.boell.de/de/2019/04/30/suedafrikanische-townships-sind-sehr-gefaehrliche-orte-fuer-lgbtiq-personen

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